lunes, 4 de agosto de 2014

Sueños con vida propia...

En la mente de las personas adultas los sueños son sólo ideales, objetos imaginarios que sólo suceden en las películas o en los cuentos.
Para mí, no es cierto, ya que los sueños son elementos con autonomía que pasan el tiempo tratando de encontrar un camino idóneo para cumplirse.
Esos sueños buscan la manera de hacerse realidad, llegando en forma de motivación, de esperanza, de ganas de superarse a uno mismo en la vida.
 Al final, somos dos caras de una misma moneda, por un lado los sueños y por el otro nuestro cerebro. Somos una jugada de cara y ceca constante, y siempre esperamos ansiosos, aunque inconscientes, el momento apropiado de lanzar nuevamente la moneda…
Otra idea que suele circular por mi mente entre el cerebro y los sueños, es la que afirma que cada día los sueños se renuevan, pero es que no es solamente eso.  El sueño se moldea alrededor de nuestra capacidad de cumplirlo que,  por lo general, es mucho más de lo que nosotros, conscientemente, creemos.
El cerebro es complicado. Por un lado sabe que puede, pero por el otro tiene miedo de equivocarse. Pero a su vez, cierta parte del cerebro boicotea los sueños, y es ahí cuando éstos, buscan la manera de crecer, de autoimponerse, de dirigir los esfuerzos y de hacer aparecer la motivación en nosotros para llegar a ellos…
Es tan extraño como se desdibujan, pero ahí están… se cumplen a cada rato un poquito, a medida que crecen ocupan más y mejor espacio en el cuerpo y en la realidad…

Dulces sueños…